La restauración de un mueble puede ser de dos tipos, algo sencillo como eliminar pinturas viejas y volver a pasar imprégnate, lacas y barnices, o complejas, como reparar o sustituir partes del mueble por danos del tiempo, insectos o el mismo uso.

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Por esta razón, detallaremos los pasos a tener en cuenta.

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• observar completamente el mueble a restaurar, revisar estructuras internas y analizar las condiciones estructurales.

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• Si presenta daños estructurales, se debe desmontar el mueble por completo, quitando las diferentes uniones que mantienen unidas sus partes.

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• Una vez desmontado, se cambia la pieza, o si el daño es leve, puede cortarse la zona dañada y unir con una nueva pieza, tratando que sean del mismo color, dibujos de la madera, etcétera.

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• Seguidamente, solucionado los problemas estructurales, procedemos a eliminar la pintura vieja, por medio mecánico (lijas, cepillos, etc.) o químico (gel, líquidos removedores, etc.), dejando a la vista la madera natural.

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• Procedemos a unir todas las partes, dejando el mueble totalmente armado, pero si posee detalles con metales, bisagras o partes móviles, las dejamos por separado.

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• Con la superficie limpia, procedemos a darle el tono de color, barniz o laca que deseamos utilizar.

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• Por último, ya seca la pintura, colocamos los accesorios, bisagras o partes móviles del mueble, pero con cuidado de no dañar la superficie restaurada.

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